Tu belleza, tu fuerza: autoestima con brocha fina
En el corazón de Córdoba, entre charlas y sonrisas, brochas en ristre y corazones abiertos, se celebró este 15 de mayo de 2025 un taller que no sólo enseñó a cuidar la piel, sino también el alma. Bajo el título “Tu belleza, tu fuerza”, la Asociación de Ostomizados de Córdoba (AOCOR) volvió a demostrar que la vida, incluso con sus cicatrices, puede y debe celebrarse con colores vivos, maquillaje adaptado y mucha dignidad.
El evento tuvo lugar en el Salón de Actos Antonio Hermoso, en la sede de FEPAMIC, esa casa común donde tantas iniciativas toman forma y calor. Durante tres horas —de 17:00 a 20:00— el aula se transformó en un espacio de encuentro, cuidado personal y empoderamiento colectivo, gracias a la sabiduría y ternura de dos profesionales que pusieron todo su arte al servicio de las asistentes: Olga Morales Bravo y Blanca Sánchez Calzada.
Estas dos estilistas y asesoras no sólo aplicaron técnicas de maquillaje adaptado, también regalaron gestos, escuchas y ánimos. Porque cuando se habla de imagen personal en personas ostomizadas, no se trata solo de estética, sino de recuperar la mirada propia, el amor propio. Y de reivindicar la piel, incluso aquella que guarda historias difíciles.
El cartel del evento lo anunciaba con firmeza: “Tu belleza, tu fuerza. Cuidado de la piel y maquillaje adaptado.” Una frase sencilla pero cargada de sentido. Porque sí, la belleza también es eso: cuidarse, mirarse con cariño, jugar con los colores que nos hacen sentir vivas. Y en esa búsqueda, cada pincelada cuenta.
El ambiente fue cálido, festivo, con muchas caras conocidas y otras que se sumaban por primera vez. Las imágenes del evento, que muestran el salón repleto, dan fe del entusiasmo. Se vieron espejos sobre las mesas, neceseres abiertos como cofres mágicos, y sobre todo, complicidad entre compañeras que comparten vivencias profundas y también ganas de celebrar.
Y es que muchas veces, tras una ostomía, se vive un duelo físico, emocional y estético. Recuperar la autoestima pasa también por normalizar rutinas de cuidado, por reencontrarse con el placer de ponerse guapa, por aprender a maquillarse teniendo en cuenta los cambios en la piel o la sensibilidad. En ese sentido, el taller fue un pequeño acto de resistencia luminosa frente al tabú, la vergüenza o el miedo.
Además del contenido práctico —cómo hidratar adecuadamente, qué productos son más respetuosos con pieles sensibles, cómo adaptar el maquillaje a situaciones particulares—, el mensaje de fondo fue poderoso: cada persona merece sentirse bien en su piel. Con ostomía o sin ella. Con cicatrices, con retos, con todo lo que la vida nos va poniendo delante.
No faltó tampoco la parte más emocional. Uno de los momentos más aplaudidos fue la proyección de una diapositiva que decía: “Recuerda… no estás sol@”. Esa frase, proyectada sobre fondo blanco mientras las asistentes asentían en silencio o se agarraban de la mano, resume el espíritu de AOCOR: acompañar, cuidar, abrazar.
Desde la asociación, se insiste en que este tipo de actividades no son complementarias, sino esenciales. Porque vivir con ostomía no puede reducirse a cuestiones clínicas. Hay que mirar también la dimensión humana, social, afectiva. Y para eso, estos espacios funcionan como pequeñas revoluciones. Una brocha puede ser una herramienta de empoderamiento. Un corrector, un escudo. Un colorete, una sonrisa dibujada con mimo.
Y todo ello gracias también al apoyo de entidades como FEPAMIC, que sigue apostando por un asociacionismo que pone la vida en el centro, que valora lo social, que genera empleo y crea comunidad.
Desde aquí, solo podemos dar las gracias a todas las personas que participaron, que se dejaron cuidar y cuidar a otras, y animar a quienes aún no se han acercado a estos talleres a hacerlo en el futuro. Porque no es solo maquillaje. Es autoestima. Es vínculo. Es fuerza compartida.
Recuerda: tu belleza no está en ocultar lo que vives, sino en mostrarlo con orgullo, en ponerle luz, color, risa y ternura. Como lo hicisteis el 15 de mayo. Porque sí: la belleza también se construye en comunidad.